lunes, 31 de agosto de 2009

1. La crítica forma parte de nuestras relaciones.

Trabajo. Es uno de los lugares en los que con frecuencia se realizan críticas.

A veces las críticas las tomamos mejor o peor dependiendo de las personas que nos las hacen.

Así, por ejemplo, no es lo mismo recibirlas de un ser querido que de un compañero de trabajo, un jefe o un simple conocido. Pero lo que no debemos olvidar es que vengan de quien vengan, existen varias formas adecuadas de recibirlas.

Lo importante es que no nos afecten en exceso y que no dañen nuestra autoestima.

Independientemente de que nuestras relaciones con los demás sean buenas o malas, lo normal es que recibamos críticas.

Forma parte de nuestra vida que, por ejemplo, nuestra familia nos haga una crítica porque hayamos llegado tarde a casa, o porque piensen que siempre nos estamos metiendo en problemas, que nos corrijan en el trabajo...

Es fundamental manejar adecuadamente estas situaciones para evitar tener reacciones exageradas, que lo único que hacen es entorpecer nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos.

Las personas con baja autoestima tienden a malinterpretar las críticas, a percibir como crítica cualquier simple comentario, se vienen a bajo ante cualquier reproche, les cuesta hacer frente a cualquier sugerencia... y, por consiguiente, responden de forma inadecuada.

Unas veces responden devolviendo la crítica y descalificando al que la imparte, y otras se limitan a aceptarla con resignación y sentimientos de culpabilidad y tristeza.

Por ello es muy importante desarrollar la seguridad y confianza en uno mismo. Esto nos ayuda a interpretar correctamente la realidad, a reconocer nuestros errores, valorar nuestros éxitos, mejorar en lo que debemos, etc. y cualquier comentario crítico, en lugar de afectarnos negativamente, podremos usarlo para sacarle la parte positiva de mejorar y superarnos.

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