La persona feliz disfruta plenamente de lo que tiene, disfruta por completo de lo que la vida le ofrece en cada momento y no espera ni exige demasiado para sentirse satisfecho.
Para alcanzar la felicidad hay que saber evitar las preocupaciones inútiles, los sentimientos de culpa exagerados, los temores absurdos y los caprichos innecesarios.
No debemos inquietarnos ni desesperarnos en los malos momentos o en circunstancias difíciles, sino ser pacientes y tener la esperanza de que después de la oscuridad viene la luz.
Debemos encaminar nuestra vida eligiendo los caminos que nos reporten más satisfacción y evitando aquellos que nos proporcionarían malos momentos. Es importante averiguar qué es lo que deseamos y cómo podemos conseguirlo.
Tener una actitud positiva ante la vida ayuda a ser feliz. A las personas con una actitud positiva ante la vida, un acontecimiento negativo no les impedirá vivir con plenitud. Hemos de tener en cuenta que siempre habrá acontecimientos desagradables que nos harán sufrir y sentir mal, con una actitud positiva podremos encontrar soluciones más eficaces.
Debemos aprender a ilusionarnos y disfrutar de cada día con plenitud, sacando lo positivo de cada momento, y valorando y admirando lo mejor de lo que nos rodea; la belleza de la naturaleza, el valor del esfuerzo, la familia, los hijos, los amigos, el amor, la generosidad con los demás
Debemos descubrir nuestras cualidades y ser conscientes de nuestras limitaciones, pero nunca debemos compararnos con los demás ni desear lo que ellos poseen. Tenemos que evitar el conformismo y en vez de lamentarnos, actuar.
Debemos aceptarnos tal y como somos y sentirnos orgullosos de nosotros y de lo que hemos sido capaces de conseguir.
Publicado por Milena Torres y Elvia Cortés.
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